La pandemia causada por la COVID-19 permite un tiempo de lectura para aquellos libros que estaban en el estante de “Empezados y No- Acabados”, de esos que compramos, comenzamos a leer, pero que lo cotidiano acaba empujándolos hacia ese maldito estante.
Uno de ellos, con el que ahora trato de reconciliarme, es “El despilfarro de las naciones”, de Albino Prada Blanco, prologado por uno de mis autores de cabecera, Antón Costas. Los dos son gallegos, los dos son economistas y, algo que valoro mucho, los dos suelen emplear un lenguaje claro y accesible que hace que la lectura de sus libros produzca un mayor disfrute para aquellos que no somos especialistas en la materia.
“Este libro es un ensayo singular, único y oportuno sobre el desorden económico actual de las sociedades desarrolladas”
Del prólogo de Antón Costas
Paso a continuación a extractar, con mayor o menor fortuna, diversos párrafos del libro con el fin de que os hagáis una idea de su contenido y os anime a su lectura. Aquellos señalados con “(A.C.)” se corresponden con el prólogo de Antón Costas, el resto corresponden al texto de Albino Prada.
“Las grandes crisis económicas no son problemas de escasez sino de abundancia mal distribuida (A.C.)”.
“Los grandes clásicos [de la Economía] defensores de las virtudes sociales del mercado y de la competencia… defendieron la necesidad de la acción pública y estatal para conciliar el mercado con una sociedad decente (A.C.)”.
“La producción global se multiplicó casi por veinte en el siglo XX mientras la población lo hizo por cuatro, sin que tal desproporción mitigara en nada la miseria que sigue padeciendo buena parte de la Humanidad”.
“Porque no es razonable inferir que un producto creciente per cápita origine un bienestar per cápita también creciente. Esto es algo que no se conseguirá trabajando y produciendo más, sino trabajando y produciendo de otra manera. Pues, por ejemplo, datos relativos al Japón demuestran que, en el período que va de 1958 a 1991, el PIB real per cápita se multiplicó por seis, al tiempo que no se anotó ningún cambio en la satisfacción vital declarada”.
Es fundamental internalizar las “deseconomías” externas tanto ambientales (cambio climático, biodiversidad, etc.) como sociales (derechos de jubilación, nivel de desempleo, cobertura sanitaria, etc.) asociadas al modelo productivo actual, y hacerlo a escala global en un nuevo orden económico y comercial internacional que no se desentienda del galopante “dumping” ambiental, fiscal o laboral que está imperando en la actual globalización.
[Sobre el desempleo] Nos encontramos ante un fallo sistémico del mercado, fallo que un socialismo decente debe tratar como tal y no, como querrían hacernos ver los defensores de la presunta soberanía del consumidor, de un mercado que sea el principio y fin de todas las cosas. El desempleo infringe daños irreparables a la cohesión social y a la salud. Constituye un desequilibrio creciente, cíclico y estructural sobre todo a causa de la automatización masiva en un mundo global, donde las empresasya no están atadas a ningún lugar.
Una sociedad gestionada por un socialismo decente debiera protege a sus miembros contra el desempleo masivo y garantizar a todos los ciudadanos unos ingresos que les eviten sumirse en una pobreza degradante.
El socialismo y la sociedad decente necesita de actuaciones no ambiguas contra: la ruptura del contrato social -entre el capital, el trabajo y el Estado-, las amenazas ecológicas colectivas, el nomadismo de los trabajadores y de las empresas, el racismo y la xenofobia, los profetas, gurús y guetos como seudoidentidades de resistencia, el auge de la economía delo crimen, la destrucción de la clase media -por medio del subempleo, desahucios, drogas, etc.- o el dominio de nuevas elites globales transnacionales.
Podría seguir escribiendo párrafos y más párrafos de un libro que recomiendo a todos los efectos. Como dice su autor, “es un libro muy breve, pero muy denso, no se puede leer deprisa, no es difícil, es sencillo, pero… no hay que andar acelerado”. Dejo a continuación el vídeo de la presentación de este libro que tuvo lugar en el Ateneo Atlántico de Vigo, eso sí, está en gallego, pero seguro que no tendréis problema en entenderlo. Acompañaban en este acto al autor, Emilio Zunzunegui “Magis”, buen amigo de batallas sindicales de antaño, y Xosé Carlos Arias, otro grande de los economistas gallegos.
Nota: El autor de la foto que encabeza esta entrada es Xoan Carlos Gil. Foto aparecida en una entrevista realizada a Albino Prada en La Voz de Galicia, con motivo de la publicación de este libro. La podéis leer aquí.